La reforma laboral impuesta por el ejecutivo del PP y acatada como buen siervo del Reino de España por Ignacio Diego, supone un retroceso histórico en las conquistas sociales logradas durante años. Así, supone la culminación de dos de los sueños de la patronal: uno, el despido libre, rebajando notablemente la cuantía de las indemnizaciones en caso de despido, tanto procedente como improcedente, y convirtiendo a este último en una quimera; y otro, el fin de la posibilidad de negociación colectiva, dejando al trabajador solo ante el empresario en una teórica relación en igualdad de oportunidades, que en la práctica equivale a dejar al trabajador indefenso y sin ninguna clase de respaldo.
Como jóvenes esta reforma también nos afecta directamente, como se puede comprobar en la posibilidad de trabajar con un contrato de becario hasta los 30 años, ahorrando así un gran coste económico al empresario; agudizando más la precariedad y explotación de los y las jóvenes en el Estado español, a los que no nos están dejando otra opción que la de la emigración si no queremos quedarnos parados; o en la posibilidad, en el mejor de los casos, de acabar trabajando como “aprendices” durante años, para después mendigar un trabajo precario en cualquier ETT.
Como estudiantes sufrimos los recortes en educación, tanto en las enseñanzas medias como en la universitaria. El ministro Wert está llevando a cabo una política de elitización de la universidad que volverá a convertirla en una institución accesible solo para los más acomodados, mientras que en las enseñanzas medias la ampliación del ratio de alumnos por docente influirá muy negativamente en la calidad de estas. Además, en Cantabria, la vergonzosa política del consejero de educación, Miguel Ángel Serna, está favoreciendo aún más a los centros privados religiosos frente a los públicos, ya que mientras se reduce la inversión en la educación pública se devuelven convenios a centros retrógrados como el Torrevelo.
Por otra parte, la reducción del número de parlamentarios o la eliminación del calendario festivo del Día de Cantabria, sumadas a las declaraciones de algunas importantes figuras del PP, evidencian que recortar el autogobierno es su próximo objetivo. No debemos olvidar que éste, fue conseguido con la lucha de miles de personas, que se plasmó en movilizaciones multitudinarias e históricas. A la autonomía, se opusieron las y los mismos que hoy en día ostentan el Gobierno de Cantabria, y que quieren aprovechar la crisis para devolver competencias fundamentales a Madrid. El pueblo cántabro no lo puede permitir.
Todas estas medidas se encuadran dentro de una política neoliberal del miedo, un miedo que como demostramos el pasado 29 de Marzo tenemos que dejar atrás para impedir que el capitalismo salvaje a través de sus lacayos nos despoje de los pocos derechos que ya teníamos, y para conseguir crear en Cantabria una alternativa sólida al sistema capitalista, que desde los principios de la horizontalidad, el asamblearismo y la igualdad sea capaz de aglutinar a todos los movimientos sociales honrados de nuestra tierra para que desde la unión puedan aportar cada uno su trabajo en pos de detener esta ofensiva contra el pueblo trabajador.
Por todo ello, en este 1u Mayu, se hace más necesario que nunca recuperar el auténtico contenido transformador y revolucionario de esta fecha que la izquierda constitucional y los sindicatos vendidos a la patronal y al gobierno han desnaturalizado a lo largo de estos años de “democracia”.
¡Viva la lucha de la clase obrera!
¡Viva Cantabria libri!
¡Viva Cantabria Socialista!
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